El estrés materno durante el embarazo puede dejar huellas epigenéticas en la placenta que afectan el desarrollo del bebé, según un estudio publicado en la revista European Neuropsychopharmacology. Investigadoras de la Universidad de Barcelona y el Instituto Max Planck han encontrado que el bienestar emocional de la madre es crucial no solo para su salud, sino también para la del feto. El estudio, que analizó a 45 mujeres embarazadas, reveló cambios en genes relacionados con el cortisol, una hormona esencial en la respuesta al estrés. Estos hallazgos subrayan la importancia de apoyar la salud mental de las madres desde las primeras etapas del embarazo para promover un desarrollo fetal saludable.
El estrés materno durante el embarazo podría tener un impacto significativo en la salud del bebé, según un reciente estudio. Investigadoras de la Universidad de Barcelona han encontrado que este tipo de estrés puede dejar huellas epigenéticas en la placenta, lo que afectaría el desarrollo fetal desde las primeras etapas.
El trabajo, publicado en la revista European Neuropsychopharmacology, destaca cómo el bienestar emocional de la madre no solo es crucial para ella misma, sino que también puede influir en la salud futura del niño. La investigación se centra en los efectos del cortisol, una hormona relacionada con el estrés, sobre los genes de la placenta.
Dirigido por Lourdes Fañanás y Elisabeth Binder, el estudio involucró a 45 mujeres embarazadas primerizas y sanas. Durante el embarazo, se midieron sus niveles de cortisol y síntomas depresivos, y posteriormente se analizaron las placentas tras el parto. A las siete semanas, se evaluó el neurodesarrollo de los bebés mediante un test especializado.
Los investigadores utilizaron técnicas avanzadas de secuenciación para identificar cambios epigenéticos en genes clave relacionados con la regulación del cortisol. Los resultados sugieren que el estrés experimentado por las madres, especialmente durante los primeros meses del embarazo, puede provocar alteraciones significativas en estos genes.
Águeda Castro, primera autora del estudio e investigadora del CIBERSAM en la Universidad de Barcelona, enfatiza que «la atención a la salud mental de las madres desde el inicio del embarazo es fundamental», ya que el estrés podría dejar una huella biológica en el desarrollo del bebé.
Aunque este es un estudio piloto y se requiere más investigación para validar estos hallazgos, su relevancia ha sido reconocida al ser seleccionado como la mejor publicación científica del mes de noviembre de 2024 por el IBUB. Este avance abre nuevas oportunidades para futuras investigaciones y posibles intervenciones destinadas a apoyar a las mujeres embarazadas en situaciones vulnerables desde etapas tempranas.
El estrés materno podría dejar huellas epigenéticas en genes de la placenta asociados al cortisol, lo que afectaría el desarrollo del bebé desde etapas muy tempranas.
El estudio es liderado por Lourdes Fañanás, catedrática de la Facultad de Biología y el Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona, junto con Elisabeth Binder del Instituto Max Planck de Psiquiatría en Múnich.
Se realizó un estudio piloto con 45 mujeres embarazadas primerizas y sanas, midiendo sus niveles de cortisol y síntomas depresivos durante el embarazo, y analizando las placentas tras el parto.
Se identificaron modificaciones en genes clave como HSD11B2, NR3C1 y FKBP5, que están relacionados con la regulación del cortisol.
El bienestar emocional de la madre puede influir en la salud futura del bebé, ya que el estrés podría dejar una huella biológica a través de mecanismos epigenéticos.
Aunque es un estudio piloto, los resultados abren la puerta a futuras investigaciones y posibles intervenciones que apoyen a las mujeres embarazadas desde las etapas más tempranas.